Se presenta en INCLIVA un mecanismo responsable de la oxidación de las grasas en el tejido adiposo

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Patrice Cani está considerado uno de los jóvenes investigadores europeos de mayor proyección.

– Las moléculas activas asociadas la enzima NAPE-PLD podrían constituir una diana terapéutica para aumentar el gasto energético.

15 de abril 2015, Valencia

El investigador belga Patrice Cani ha presentado en el seminario INCLIVA sus últimas investigaciones sobre la microbiota intestinal y su influencia en los desórdenes metabólicos e inflamatorios asociados a la obesidad y a la diabetes.

El Dr. Cani, con sólo 37 años, lidera el Grupo de Investigación Metabolismo y Nutrición de la Universidad católica de Lovaina en Bruselas y codirige el Laboratorio Europeo de Microbiota en la universidad de Toulouse en Francia.

Las investigaciones del Dr. Cani han demostrado que la flora intestinal -microbiota intestinal- particular de ratones obesos puede causar microperforaciones en el intestino, haciéndolo permeable.

Esta permeabilidad altera el papel protector del intestino y facilitará el paso de toxinas a la sangre, provocando la inflamación que esté en el origen de la obesidad y la diabetes.

Sus estudios también concluyen que existiría una forma de frenar este fenómeno manipulando la flora intestinal mediante los llamados alimentos prebióticos. Según Cani “los resultados sugieren nuevos caminos terapéuticos en el tratamiento de los desórdenes metabólicos ligados a la obesidad”.

Asimismo, su grupo de investigación acaba de publicar que la enzima NAPE-PLD forma parte del sistema Endocanabinoide y que está implicada en la síntesis de determinadas moléculas bioactivas ya conocidas por sus efectos sobre la inflamación y la regulación del apetito. Esta enzima del tejido adiposo contribuiría a regular el peso corporal a través de mecanismo que implicaría el desarrollo de células oxidativas grasas del tejido adiposo.

La misma investigación sugiere también un mecanismo que explicaría porque no somos todos iguales en términos de consumo energético y suma de peso corporal.

No obstante según, Cani esta hipótesis aún debe ser validada en el ser humano.

El investigador belga propone que las moléculas activas asociadas a esta enzima podrían constituir una diana terapéutica para aumentar el gasto energético actuando sobre el equilibrio de las bacterias intestinales.

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Maite Sáenz
Comunicación
Instituto de Investigación sanitaria INCLIVA
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