Noticia publicada por EFEAGRO el 5 de octubre de 2017
Los desarrollos biotecnológicos en agricultura crecen un 5 % en 2017 respecto al año anterior, según la Asociación Española de Bioempresas (Asebio), que los cifra en 213, de 31 entidades españolas, miembros de la entidad.
Asebio ha precisado que entre dichos desarrollos se encuentran “nuevos ingredientes y aditivos, probióticos, sistemas para la mejora de la seguridad alimentaria, bioproductos (como biofertilizantes o bioestimulantes), bioprocesos, medicamentos veterinarios o piensos.
En concreto, ha detallado que se han contabilizado 75 productos en el ámbito de los “ingredientes, aditivos y probióticos”; 64 en los destinados a seguridad alimentaria y detección de sustancias; 35, en bioproductos, bioprocesos y otras tecnologías con aplicación en el área alimentaria; y 39 en medicamentos veterinarios.
Herramientas biotecnológicas
La asociación, junto con la Plataforma de Mercados Biotecnológicos y en colaboración con Bioval, Biovegen, Food for life Spain e IATA, han celebrado en Valencia la jornada “Oportunidades de innovación en el campo agroalimentario de la mano de la biotecnología“, en la que se han analizado los alimentos funcionales y las técnicas de edición del genoma, entre otros temas.
Para la Asociación, “será imprescindible el uso de todas las herramientas que el conocimiento científico y técnico actual nos proporciona para que puedan ser adoptados por los diferentes modelos de producción agrícola (convencional, ecológica, biotecnológica, etc.), incluyendo los avances obtenidos con o sin ingeniería genética”.
El delegado de la Comisión de Agroalimentación de Asebio, Daniel Ramón, ha apuntado que creen necesario “buscar fórmulas imaginativas que permitan una mayor interacción público-privada en investigación y desarrollo agroalimentario. Una receta que implique menos burocracia y más contacto directo entre el investigador y el desarrollador del producto final será la clave del éxito”.
En este sentido, la citada comisión ha elaborado un “documento de posición de biotecnologíaagroalimentaria” en el que reclama, entre otros aspectos, “seguridad jurídica en el desarrollo y promoción de la innovación agroalimentaria, evitando medidas desincentivadoras debido a una regulación excesivamente restrictiva”. Asimismo, solicita que se promueva el uso de innovaciones en “fitomejoramiento (como las técnicas de edición del genoma), apoyándose en las validaciones que confirmen su seguridad”. A todo ello se suma su petición de incentivos fiscales y financieros, y programas de compra pública”.