Articulo de Creu Ibanea para la Razón Innovadores
La valenciana Bioinicia, que acaba de ganar el premio BIOVAL, da el salto al sector ‘farma’ de la mano de su tecnología patentada para microencapsular medicamentos, con la que se podrá reducir la cantidad de tomas necesarias y sus efectos secundarios en el paciente.
Cómo una empresa desarrolla una tecnología pensando en revolucionar el sector agroalimentario y nutricional y da un giro radical y centra todas sus expectativas en el sector farmacéutico? Es el caso de la valenciana Bioinicia que patentó una nueva tecnología de micro y nanoencapsulación con hidrocoloides alimentarios, es decir con aditivos que tienen la función de espesar, gelificar y estabilizar, enfocada en productos probióticos, antioxidantes u Omega 3, pero al cruzarse en su camino una gran farmacéutica, la polaca PolPharma, se plantean una aplicación disruptiva para el sector ‘farma’que les lleva a apostar por un cambio profundo en su estrategia empresarial.
Tanto cree que esta compañía en la idea de los valencianos que apuesta por patentar a medias esta tecnología para explotarla y fabricar con ella los ingredientes activos farmacéuticos (APIs por las siglas en inglés de Active Pharmaceutical Ingredients). «Utilizamos como elementos para encapsular excipientes que son hidrocoloides alimentarios, es decir usamos recursos agroalimentarios para abordar diferentes problemáticas«, explica a INNOVADORES el CEO de Bioinicia, José María Lagarón, después de ganar el premio Bioval a la mejor iniciativa BIO en Agroalimentación. A partir de la microencapsulación, se consigue reducir su tamaño y, al mismo tiempo, incrementar su biodisponibilidad.
De este modo, explica Lagarón, se pueden disminuir los efectos secundarios de los tratamientos farmacéuticos, como los medicamentos anticáncer, antibióticos… En este tipo de medicamentos, señala, la dosis suele «sobredimensionarse» porque no se «bioabsorbe» bien, por lo que el exceso de dosis genera más efectos secundarios en los pacientes. Esta tecnología, además, permite una liberación controlada de los ingredientes farmacéuticos activos que se han microencapsulado.
Polpharma ya ha decidido que va a utilizar esta tecnología con dos de sus fármacos: un anticáncer y un antibiótico. «Esta tecnología va a transformar de forma radical la manera en la que la industria farmacéutica va a presentar sus productos, porque van a ser más biodisponibles», puntualiza Lagarón. Los fármacos están agrupados en cuatro clases, según su solubilidad y permeabilidad, por lo que «al transformar la fabricación de estos medicamentos o simplemente al poder fabricar productos que estaban en el cajón, porque el organismo no podía absorberlos, ahora con nuestra tecnología podrá llevarse al mercado».
Así, algunos de los productos simplemente se reclasificarán de clases, pero en otros será necesario volver a hacer ensayos clínicos en humanos para poder evaluar las dosis. «El beneficio va a ser para el paciente, porque, por ejemplo, en algunos tratamientos con productos anticáncer el paciente tiene que consumir hasta cuatro tabletas en una sola sesión de quimioterapia para poder tener la dosis. Nosotros vamos a cambiar esto y lo vamos a sustituir por una sola pastilla. Será un cambio radical en la dosificación de los medicamentos», resalta Lagarón.
El salto al ‘farma’
Gracias a esta tecnología de fabricación de partículas, Bioinicia está dando el salto al sector farmacéutico, lo que ha provocado una «transformación completa» de la compañía: «Hemos pasado de explotar esta tecnología en la encapsulación de ingredientes alimentarios a centrarnos en el sector farmacéutico». En concreto, detalla, «el nuevo foco de la empresa es el desarrollo de productos propios o en copropiedad con otros clientes farmacéuticos para entrar en este área de una manera muy fuerte».
Para poder emprender esta transformación de la compañía, Bioinicia ha tenido que fichar a expertos en el sector farmacéutico para poder abordar toda la nueva estrategia. Por ejemplo, ya tienen en sus filas al que fuera director global de Ventas en Merck, uno de los grupos farmacéuticos más importantes, con la misión de abrir toda la nueva división de ‘farma’. Aunque ya tienen en marcha dos salas pilotos, que tienen una capacidad de un kilo por hora de producción.
El siguiente paso en el que ya está inmersa Bioinicia es la construcción de dos plantas de fabricación: una de ellas en condiciones GMP, conocida como ‘sala blanca’, y otra para productos que no sean farmacéuticos, es decir los de cosmética y alimentación. Para ponerlas en marcha, los valencianos han emprendido un proceso de ampliación de capital. Con estas plantas, se alcanzaría la capacidad de 50.000 toneladas al año, aunque tendrán un carácter «demostrativo», pero con capacidad productiva.