Noticia publicada en eComercio Agrario el 23 de febrero de 2021
Un grupo de expertos, organizado por la Comisión Europea, ha elaborado un informe en el que se reclama adoptar medidas sobre un problema que ha cobrado especial relevancia como consecuencia de la crisis provocada por la pandemia COVID-19: la inseguridad alimentaria, relacionada con la complejidad y la urgencia de los problemas en la producción y el suministro de alimentos.
AINIA ha participado en el grupo de 14 expertos en alimentación, agricultura y políticas de I+D de distintas organizaciones en este informe, presentado recientemente, que detalla cómo la investigación y la innovación pueden abordar el problema, impulsando cambios en los sistemas alimentarios.
En concreto, el centro tecnológico español ha aportado su experiencia en el ámbito de la biotecnología y su aplicación en el sector agroalimentario. Según Begoña Ruiz, responsable del departamento de biotecnología de AINIA, “las propuestas que contienen este informe serán la base para muchas innovaciones que desarrollarán las próximas investigaciones europeas”.
En concreto, Ruiz destaca siete puntos que la biotecnología puede aportar para solucionar parte de estas cuestiones del sistema alimentario, que la pandemia del COVID-19 ha acelerado la urgencia en su tratamiento, poniendo de manifiesto la necesidad de transformar los sistemas alimentarios, para que sean más resilientes y respeten los límites planetarios.
Valor al sector agroalimentario: Las ciencias de la vida en general, y la biotecnología en particular, pueden aportar gran valor al sector agroalimentario, especialmente en los siguientes ámbitos: producción y seguridad en el suministro de alimentos, seguridad alimentaria, alimentación saludable y sostenible, y biodiversidad.
Buscar fuentes de proteínas alternativas: En lo que se refiere a la producción de alimentos y seguridad del suministro, la contribución incluye las fuentes de proteínas alternativas tales como insectos, proteínas vegetales, carne in vitro o proteína microbiana (single cell protein). La ingeniería genética proporciona cultivos más eficientes y sostenibles. La sustitución de plaguicidas y fertilizantes convencionales por otros de origen biotecnológico puede ayudar al desarrollo de la producción de alimentos orgánicos o ecológicos, la reducción de las emisiones de CO2 e incluso proporcionar soluciones a enfermedades y plagas sin tratamiento conocido.
Nuevos antimicrobianos para luchar contra patógenos alimentarios: La biotecnología contribuye también a la seguridad alimentaria, aportando nuevos antimicrobianos para luchar contra patógenos alimentarios, como enzimas, bacteriocinas, péptidos antimicrobianos o fagos y sus endolisinas. Estos desarrollos también contribuyen a luchar contra las resistencias antimicrobianas.
Conseguir ingredientes bioactivos y alimentos funcionales: Un campo especialmente interesante en el área de alimentación saludable es el de los ingredientes bioactivos y alimentos funcionales, que tienen un impacto positivo en la salud de grupos de población específicos con necesidades especiales (personas mayores, niños, deportistas, mujeres embarazadas, menopausia, pacientes hospitalarios u oncológicos…).
Recuperar los compuestos de valor y la energía de los residuos alimentarios y de las aguas residuales: La sostenibilidad y circularidad en los sistemas alimentarios es también un campo para la biotecnología. El tratamiento biológico de residuos alimentarios y de las aguas residuales de la industria alimentaria, precedido por la recuperación de los compuestos de valor y la energía contenidos en ellos, es fundamental para el concepto de biorrefinería basada en residuos. Estos compuestos de valor incluyen los químicos biobasados, que pueden, a su vez, ser transformados a biopolímeros.
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Fuente de la Noticia eComercio Agrario