Articulo de Vicente Lladró para Las Provincias del 27 de mayo de 2017
- La cátedra Idai Nature de la Universidad Politécnica impulsa la investigación para obtener una amplia gama de biopesticidas
- La empresa de La Pobla de Vallbona ya cuenta con un catálogo de decenas de productos naturales que asegura capaces de combatir casi todas las plagas
Los biopesticidas son compuestos que, a diferencia de los productos químicos de síntesis, utilizados mayoritariamente para combatir las plagas, derivan de seres vivos. Pueden ser microorganismos (hongos, bacilos…), hormonas u otras sustancias segregadas por microorganismos, o, sobre todo, extractos de diversas plantas o árboles que son efectivos contra insectos, hongos y ácaros que perjudican a los cultivos.
La Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos de la Universidad Politécnica de Valencia trabaja ya en este terreno a través de la cátedra Idai Nature, que patrocina la empresa del mismo nombre, radicada en La Pobla de Vallbona y especializada en el desarrollo de biopesticidas.
En una jornada celebrada en dicha escuela universitaria sobre esta cuestión se ha evidenciado la necesidad de «potenciar la lucha indirecta contra plagas y enfermedades con prácticas culturales, enriqueciendo y fomentando la biodiversidad». La cátedra tiene precisamente el objetivo de «desarrollar la investigación sobre extractos botánicos con actividad bioinsecticida para el tratamiento de plagas». Según Carlos Ledó, director general de Idai Nature, «los biopesticidas son una alternativa eficaz y natural a los métodos químicos tradicionales».
De hecho, Ledó explica que los productos que se están desarrollando y los que se buscan para ampliar el espectro de ‘herramientas’ contra plagas, son en realidad más tradicionales que los que se han generalizado en las últimas décadas, puesto que en muchos casos se trata de recuperar soluciones que ya se utilizaban desde hace muchos siglos, sistematizando ahora sus formulaciones y aplicando las modernas tecnologías disponibles.
Idai Nature empezó su trayectoria empresarial, en 2010, «tras indagar -cuenta Ledó- en viejos libros de agricultura, en busca de soluciones que ya se utilizaban hasta en tiempos del Imperio Romano». Hoy, esta firma dispone de un amplio abanico de bioplaguicidas que asegura que abarcan casi todos los problemas que pueden darse en la mayoría de los cultivos. Muchos de ellos son combinaciones de extractos de canela, mostaza, ajos…, así como un sinfín de hierbas.
En el laboratorio de la fábrica destacan unos estantes de frascos que, al estilo de muchas farmacias, contienen muestras de romero, tomillo, salvia, lavanda, cola de caballo, milenrama, orégano, eucaliptus, yemas de pino, semillas de amapola, cardamomo, valeriana… Todas ellas, materias primas de primer orden para esta nueva gama de bioplaguicidas en la que están poniendo gran interés las Administraciones públicas e instancias universitarias.
A la jornada celebrada en la Politécnica asistieron catedráticos, altos cargos de la Conselleria de Agricultura y el director general de Sanidad Vegetal del Ministerio, Valentín Almansa, quien, precisamente, mostró estar muy de acuerdo con los planteamientos expuestos y ofreció el apoyo de su departamento para intentar sortear los obstáculos burocráticos existentes.
Uno de los problemas principales al que se enfrentan las industrias interesadas es el de la falta de regulación a nivel europeo para albergar los biopesticidas. Bruselas reduce la lista de plaguicidas convencionales pero no facilita al mismo tiempo el desarrollo de alternativas viables, como intentan hacer Idai Nature y otras firmas (la mitad de las que hay en España son valencianas). Para registrar un biopesticida se exigen los mismos controles, plazos y demostraciones sanitarias que para un compuesto de síntesis, lo que representa niveles de inversión inasumibles para pequeñas empresas, cuando es obvio que derivados de plantas y sustancias alimentarias no pueden albergar mayores problemas.
Fuente Las provincias enlace noticia