ProtoQSAR SL, empresa recientemente instalada en el Centro de Empresas de CEEI Valencia, se dedica a la aplicación de métodos computacionales para determinar las propiedades físico-químicas, biológicas y/o (eco)toxicológicas de compuestos químicos, de origen natural o sintético, previa su síntesis.
Para ello utiliza herramientas informáticas que les permiten trabajar en un entorno de “laboratorio virtual”, simulando los ensayos habituales de los laboratorios tradicionales, pero con la ventaja de obtener resultados de forma mucho más rápida y económica.
Acaban de recibir la subvención Neotec, entrevistamos a su CEO Rafael Gozalbes para que nos hable de su empresa y sus nuevas expectativas gracias a esta ayuda.
Por una parte supone un respaldo económico muy importante para el desarrollo de nuestro modelo de empresa, que pretendemos orientar en buena medida a la aplicación de métodos computacionales para la predicción de valores (eco)toxicológicos de sustancias químicas en el ser humano y el medio ambiente con fines regulatorios. Por otra parte supone también un aumento de nuestra visibilidad y de la credibilidad de nuestro proyecto empresarial. No hay que olvidar que el programa NEOTEC es tremendamente competitivo, pues no sólo se evalúa la capacidad tecnológica de las empresas, sino también otros aspectos como la capacidad de explotar una necesidad del mercado, el equipo de gestión y el plan financiero. Nuestra propuesta fue seleccionada como una de los mejores de entre las cerca de 500 solicitudes presentadas.
«La metodología que usamos es aplicable en cualquier sector en el que se trate de diseñar u optimizar nuevos compuestos químicos.»
A partir del plan financiado por NEOTEC, el primero de nuestros objetivos es fundamentalmente comercial, queremos proponer nuestros modelos informáticos a todas las empresas que puedan requerirlos. En particular queremos dirigirnos a las empresas que necesitan la realización de ensayos con animales con fines científicos o regulatorios, pues requieren mucho tiempo para su preparación y ejecución, y son caros y éticamente cuestionables. Nuestros modelos computacionales representan un ahorro muy significativo en tiempo, recursos y dinero, y se caracterizan por la aplicabilidad de los modelos resultantes de manera fácil e inmediata.
Por otro lado, otro de nuestros objetivos es culminar con éxito los proyectos colaborativos europeos que tenemos en marcha, como un proyecto LIFE para la evaluación de ecotoxicidad de compuestos biocidas (COMBASE) o un proyecto Interreg SUDOE para la estimación de genotoxicidad, bioacumulación y toxicidad dérmica y oral de nanomateriales utilizados en el sector plástico (NanoDesk, sudoenanodesk.europeanprojects.net). Tenemos asimismo dos proyectos de las acciones Marie Curie (H2020) en marcha, ambos en el ámbito de la biomedicina, uno relacionado con el estudio de mecanismos de modulación de dianas terapéuticas de interés en cáncer (EPIC), y otro sobre la protección frente a los llamados «interruptores endocrinos» (ProtectED).
Nuestro ámbito de actividad abarca todo tipo de sectores químicos, tales como farmacia, veterinaria, alimentación funcional, agroquímica, etc. La metodología que usamos es aplicable en cualquier sector en el que se trate de diseñar u optimizar nuevos compuestos químicos. Por poner un ejemplo, uno de los campos más importantes en estos momentos es el de la cosmética, dada la prohibición total que existe en dicho sector de realizar ensayos con animales, que son perfectamente reemplazables por los nuestros.
«El ahorro económico y de recursos que podemos aportar es sin duda un gran aliciente para nuestros clientes.»
Ahora mismo hay dos áreas en las que se necesitan las evaluaciones de propiedades de compuestos. El primero es a nivel regulatorio, y está relacionado sobre todo con la normativa europea REACH, que regula la fabricación y el uso de sustancias químicas, mezclas y artículos en la Unión Europea. Actualmente se sacrifican unos 12 millones de animales vertebrados en la UE, y REACH implica un aumento considerable de esta cifra, con las consiguientes implicaciones éticas y sociales que ésto representa. Nuestros modelos están validados y son reconocidos a todos los niveles, incluidas las entidades regulatorias internacionales como la Agencia Europea de Compuestos Químicos (ECHA), que de hecho actualmente obliga a las empresas que proponen ensayos con vertebrados que demuestren que han considerado plenamente el uso de métodos alternativos como los nuestros.
Por otra parte hay que considerar a todas las empresas que intentan diseñar u optimizar sus compuestos: nuevos fármacos, mejores productos cosméticos, insecticidas ecológicos que representen un menor impacto ambiental… la selección de estos nuevos compuestos representa un gran esfuerzo económico para las entidades públicas o privadas que la llevan a cabo, y nuestros métodos permiten afinar dicho proceso, restringiendo la búsqueda exclusivamente a los compuestos que nuestros modelos señalan como los más apropiados. El ahorro económico y de recursos que podemos aportar es sin duda un gran aliciente para nuestros clientes.